

VIVIENDO POR TI
Caminante sin camino...
días de larga agonía,
morir de sed
al no vivir en Tu Misericordia.
Y en el milagro perfecto de amor,
al encontrarme con tu rostro en la Cruz.
mi esperanza renace ante tu presencia,
es el reposo que solo encuentro
en la tibieza de tu aliento...
Le pido al Espíritu de Dios
para que cada palpitar de mi corazón,
sea una alabanza a Su Santo Nombre,
y que en ese pequeño espacio que existe
entre palpitar y palpitar
sea mi Espíritu postrándose ante su presencia.
Tu me rescatas Señor,
del abismo profundo y de la noche sin final,
y siendo una extraña en tus ciudades fortificadas,
me tomas,
me adornas como una princesa,
acudes a mi
y con tu mano
me libras del yugo de mis enemigos.
Me llamas tu princesa
y mi espíritu te reconoce
como mi Amado...
Descubrir tu Rostro,
mi Cristo, mi Amado,
es despertar de la agonía del pecado;
pero mis manos son torpes mi Señor
y tu luz me quema,
acúname en tus brazos
y permíteme descansar tan solo un instante,
bautízame
en el Espíritu de Tu Fortaleza;
regálame el arrullo de tus abrazos,
dale fuerza a mis huesos partidos.
Y en ese amanecer,
cuando mi espíritu florezca,
dame la gracia
de estar sirviendo ante tu altar,
proclamando día y noche
alabanzas a tu nombre,
embriagándome en el gozo de tu Espíritu
y siendo mi vida
esa pequeña melodía que solo clama tu Nombre.

