

MADRE DEL ETERNO CONSUELO
Madre del Eterno Consuelo
que en tu dulce corazón me abrazas.
Madre del Eterno amor
que entre suaves arrullos calmas mi pena.
Quien muriera de amor
para besar tus blancas manos,
quien pudiese ser camino y guardar tus santas huellas.
Miro tus ojos Madre Bendita
y me pierdo en tu mirada.
Madre de la esperanza
has visto mi corazón que sangra
desde el día
que aquel pequeño gorrión
que anidaba en mi vientre lo ha dejado vacío.
En tu locura de amor
y queriendo mitigar mi pena,
me entregas a tu pequeño niño
para que mi alma se sienta plena.
Grande es tu sacrificio de amor,
que al amor, por el amor entregas.
Quien como tu madre bendita
que a todo un Dios acunaste;
madre de la perfecta caridad
cuyas purísimas manos
has posado sobre mi corazón
para darle consuelo.
Encuentros en el dolor
que en la grandeza de tu corazón, Virgen de amor,
trasforman mi vida,
A ti mi celestial señora,
madre del eterno consuelo
donde en las fatigas, mi alma reposa.

